Divagando sobre blogs y conversaciones

Pués la verdad, el comentario de Maite en una entrada reciente, me ha puesto a pensar y, de alguna manera, se entremezcla con uno de los tópicos del recientemente creado Foro de SpamLoco.

Decía:

Yo os leo siempre de lo mismo en mil sitios y sigo estando pez, no entiendo de redes sociales, no estoy dentro de ninguna, ni de twiter, ni facebook ni ninguna, por lo que no se como funcionan y tampoco se lo que me pierdo.

Pero no consigo saber por qué le tenéis tanta manía a lo de los seguidores, a ver si explicandomelo tú desde el principio puedo enterarme de una vez.

A mi me gusta porque mucha gente viene y no comenta, sin embargo, no se por qué, se hace seguidor y al hacerlo me da una pista de su propio blog y así he podido conocer sitios estupendos relacionados con mi tema (y no relacionados) de los que no hubiera tenido idea si no fuese por esa ventanita.

Dentro de sus contactos y sus propios seguidores sigo conociendo más direcciones que me interesan... Para mí resulta muy útil desde un punto de vista no de presunción sino de información.

Si lo quito pierdo posibilidades. Cómo encontrarles si no? Esa es la pregunta básica más que nada. Si tienes tiempo y paciencia explicamelo, por favor, a ver si por fin me entero de cuál es la historia

Aunque he tratado de contestarlo, mi respuesta me parece incompleta o, mejor dicho, su comentario me ha llevado hacia otras direcciones y eso, siempre es bienvenido.

Más allá de la anecdota de ese gadget de seguidores y de su buen o mal uso, el tema de "sígueme" "soy tu fan" o "presumamos" me parece bastante más profundo. Imagino que en algún momento, los sociologos deberán ponerse a estudiar esto: ¿Cómo funciona la gente común cuando su vida se traslada a internet? ¿Somo lo mismo acá que allá? Tiendo a pensar que sí pero es evidente que no; sin duda, esta pseudo-realidad exacerba algunas cosas. Los generosos comparten más en la web que en la vida real; los egoistas son más egoistas, los buenos son más buenos y los malos son peores ¿Será una especie de borrachera 2.0 que hace que ciertas características personales se hagan más evidentes?

No digo que alguien sea distinto acá que allá sino que eso que lo caracteriza, se ve con más facilidad. El nick elegido, el avatar que usamos, los títulos que elegimos, la forma de expresarnos ... no hace falta un psicólogo para interpretarlos; los símbolos son obvios, muestran más que un millón de palabras.

Pero, hablar de toda la web sería inapropiado, es un universo demasiado amplio. Los blogs sólo son una parte de ese universo y deberían unirlos ciertas caracterísiticas, sin embargo, tengo la sensación que, poco a poco, son más las cosas que los separan que aquellas que los unen y de alguna manera, eso, terminará por destruirlos como medio.

Medio. Recalco la palabra porque esa es la clave y de allí lo interesante del comentario de Maite. Para ella, ese gadget es un medio y desde ese punto de vista no tiene nada que discutirse. Lo usa, le sirve y está bien pero ¿todos lo usaran de la misma manera? Me temo que no y tampoco tendría importancia salvo que, en muchos casos, el medio es en realidad un fin; el blog, termina existiendo para que ese numeríto mágico aumente y aumente y aumente. Algunos piensan: "cuanto más alto sea, mejor seré" lo que lamentablemente lleva a otros a la conclusión contraria: "cuanto más bajo sea, peor seré".

Ese es el dilema de los blogs. Ser lo que son o ser egoblogs.

Si un blog se transforma en sinónimo de sitio elitista donde alguien dicta cátedra, escribe y se queda mirando a ver las reacciones que ha generado, perderá su escencia. Si un blogger mira la cantidad de meneos que tiene una entrada antes de leer los comentarios, y reflexionar sobre lo que estos dicen, dejará de ser un blog y su sitio sólo será una forma barata de crearse un negocito en lugar de buscarse un trabajo hombreando bolsas en el puerto.

Poco a poco, la blogocosa se llena de elites, es casi "humanamente" inevitable; algunos pseudo-emprendedores han encontrado en este tipo de plataformas una forma fácil de juntar monedas; no tienen que invertir nada, el riesgo es escaso, si sale bien, genial, si sale mal, creamos otro y nos tiramos a la pileta; total, el mundo está lleno de giles y en alguna parte debe haber alguien dispuesto a comprarnos lo que vendemos: aire.

Y como si fuera poco, la elite se rie de nosotros y comentan entre ellos: "pobrecitos, son unos aficionados".

Y tienen razón.

Pero están equivocados.

Somos aficionados y eso es lo que queremos. Eso es lo que deberíamos rescatar antes que sea demasiado tarde. Los blogs SON para aficionados. Los blogs SON personales. Que alguno lo haya tomado como negocio no está mal, lo que está mal es que nos hagan creer que ese es el único camino, que esa es la escencia de este medio, que todos debemos ir en esa dirección o apartarnos.

Un blog es todo lo contrario de eso que nos quieren vender.

Un blog tiene sólo un fin: la conversación.

Un blog es una red social perfecta porque sólo requiere un interlocutor: uno mismo.

Si a eso se le agregan otras voces llegamos al Nirvana. No importa si son dos, cien o miles. Las voces que llegan desde afuera enriquecen la conversación y la llevan hasta lugares que uno no habría sospechado.

Un blog es eso: un sitio donde escucho lo que dice el otro.

Un blog soy yo mismo haciendo un blog.

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