Desvaríos postvacacionales


Cuando recuerdo los cambios de imagen del blog vienen a mi mente la cantidad de cosas que se van aprendiendo con el paso del tiempo, incluso me hace gracia comparar aquella plantilla clásica con un logo creado por mi y unas etiquetas creadas manualmente para las que era necesario tener dos blogs.

Poco más, porque siempre intento no recargar aunque luego quede sólo en el propósito, yo lo veía fantástico, con mil tropiezos pero creado por mi.
Sigo teniendo la sensación que he perdido cosas en el camino, siento no haber descubierto todo mucho antes pero las cosas hay que hacerlas pasito a pasito cuando se quiere, se puede y se sabe que están ahí, es la única forma de exprimirlas y saborearlas.
Tres años después todo ha cambiado, lo único que conservo es la ilusión y la impaciencia porque llegue la hora para reunirme con ese amante silencioso, siempre a la espera, algunas veces incomprensible pero siempre fiel.
Sin mediar palabras nos entendemos divinamente, pero como todo amor también tiene días bajos que son suplidos después cuando pulsamos el botón naranja de GUARDAR PLANTILLA y voilá!
Es amor por aquello que hacemos y nos gusta. Es, otra clase de amor... pero que también engancha.




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