De cambios y museos


Hacer cambios en el blog es parecido a cuando visitamos un museo, un poco disparatado porque un blog no es una obra de arte ¿o si? alguno habrá. Lo decía porque cuando vamos a un museo nos quedamos mirando, torcemos la cabeza primero hacia un lado, luego hacia el otro...

Nos separamos un poco intentando ver en toda su amplitud. Nos cruzamos de brazos, y en algunos casos llevamos la mano a la barbilla imitando un suave masaje.

Digo todo esto porque he observado que lo hacen muchas personas mientras caía en la cuenta que yo también lo hacía.

Pues con el blog es lo mismo, hacemos un cambio y lo miramos en vista previa una y otra vez. Guardamos los cambios y volvemos a mirar, esta vez ya ladeando la cabeza.

Los que tienen silla giratoria pueden decir cuantos viajecitos dimos de un lado a otro.

Unos se masajean la barbilla, otros encienden un cigarro, la mayoría tengo la impresión que apoya un codo sobre la mesa y se queda mirando como esperando que el blog diga ¡HOLA!

Al final eliminamos el cambio y seguimos probando una y otra vez hasta que de casualidad nos queda de nuestro agrado y si no, a probar otra vez que es lo que yo estoy haciendo desde hace tres días.



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